Escribe José Guillén B.El presente año 2008 fue denominado por el gobierno peruano como el de las “Cumbres Internacionales en el Perú”, considerando que nuestra ciudad capital fue la anfitriona de estos dos importantes eventos internacionales que congregaron a diversas personalidades del orbe mundial para tratar temas relacionados con el intercambio comercial.
Como era de esperarse, en ambos casos hubo voces que se manifestaron tanto a favor como en contra de los acuerdos que finalmente se suscribieron en ambos eventos, no faltaron aquellos socialistas conservadores que mantuvieron la posición de ejercer una economía cerrada como base de un nuevo desarrollo nacional, ni los neosocialistas que apuestan a favor de mercados abiertos solo a nivel regional, con una interesante visión de desarrollo humano por encima de los intereses meramente económicos, como la que sugiere la denominada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que liderada por el presidente de Venezuela Hugo Chávez, se origina como una respuesta a la pretendida formación de un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que como sabemos quedo diluida en la conformación de múltiples tratados bilaterales entre los Estados Unidos y países latinoamericanos como México, Colombia y Perú entre otros.
La Cumbre para los países de América Latina el Caribe y la Unión Europea (ALCUE), estableció para el 2020, metas de interés para un enfoque de desarrollo sostenible, como las relacionadas con la erradicación de la desnutrición infantil y el analfabetismo, mejorar la educación en sus niveles primario y secundario, adoptar el canje de deuda por inversión social, y medidas concretas para enfrentar el cambio climático que afecta con mayor dureza a los países en vías de desarrollo.
La Cumbre para el área de libre comercio de los países de Asia y el Pacífico (APEC), dejo entre sus principales acuerdos que apuntan a un desarrollo sostenible, contribuir al crecimiento del sector agrícola con propósitos de seguridad alimentaría, la responsabilidad corporativa en términos sociales y ambientales, lucha contra la corrupción, gestión de los desastres y cambio climático.
Ambas Declaraciones de Lima, como vemos consideraron aspectos que si son bien encaminados pueden contribuir a la visión de desarrollo sostenible, lo problemático esta en que las políticas de Gobierno son muy frágiles cuando se trata de ajustar a los grandes consorcios a fin que cumplan con acuerdos que se firman entre gobiernos.
En un artículo anterior en donde hablamos de la economía del Imperio Incaico, referimos acerca de la importancia de los intercambios comerciales dentro del imperio, mediante el intercambio de mercancías que bien distribuidas entre sus 4 regiones aseguraron una buena alimentación y calidad de vida a sus habitantes.
Pues bien el intercambio comercial es importante y puede generar progreso y desarrollo para los pueblos. El intercambio entre naciones que tienen diferentes especializaciones de producción, asegura una buena distribución de productos que son necesarios para una buena calidad de vida en cada nación. A diferencia del imperio incaico en donde el intercambio se limitaba a productos alimenticios, textiles, cerámicos y de joyería principalmente, hoy los intercambios se dan con una gama de productos que varían entre los eléctricos, motorizados, elementos tecnológicos que son necesarios para el desarrollo de las naciones.
La cuestión esta en repensar como ha evolucionado el concepto de economía cerrada. El imperio incaico solo conoció sus 4 suyos y los intercambios se dieron entre esas 4 regiones. Actualmente coexisten miles de naciones, así que el mercado lo constituyen todas las poblaciones, ¿el planeta mismo sería el mercado cerrado?, ¿o quizá tenemos muchos pequeños mercados de economía abierta que se dan entre sus regiones o al interior de sus propias regiones?. Lo que parece claro es que el principal obstaculo para abrir las economías lo constituyen los medios de comunicación, que permiten mover los productos de una región a otra, cosa que los Incas supieron manejar, y que hoy no debería ya ser un obstaculo mayor.
Con esto quiero explicar que el imperio incaico no constituía una economía cerrada, sino mas bién abierta entre los límites de las regiones que dominó. Seguramente si las culturas de América Central y de Sur se hubieran encontrado antes de la conquista los mercados se habrían expandido en gran medida.
En conclusión, considero que los mercados abiertos y la libre exportación no pueden ser mal vistos dentro de una visión de desarrollo sostenible, lo que puede fallar se da en como se suscriben los acuerdos y como son cumplidos.
Una situación clara que puede atentar contra el concepto de desarrollo sostenible es por ejemplo el subsidio de productos que vienen de una economía de países desarrollados a competir con lo que produce un país en vías de desarrollo. Es el caso de algunos productos agrícolas que entrarán a Perú luego de la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, y que atentará contra el producción de similares que son elaborados en el Perú. Similar situación se presenta con el ingreso de textiles chinos, en competencia desleal con textiles peruanos en la eventual suscripción de un tratado de Libre Comercio con China. Estos dos ejemplos demuestran que se requiere equidad, no afectar el desarrollo de las empresas locales si se quiere mantener la visión de desarrollo sostenible, debe evitarse el impacto social a tal situación, y para esto proponer mecansimos que permitan a los pequeños empresarios nacionales competir con posibilidades, pues son ellos los que generan empleo en el país, los que permiten que el proceso de libre comercio se traduzca en una inclusión de la sociedad.
No basta afirmar que el país garantiza a los inversionistas de fuera condiciones de seguridad jurídica, pues esta tambén debe garantizarse para quienes ya han invertido en el país, generando el empleo que las empresas extranjeras no generan para nuestros ciudadanos.
Pues bien el intercambio comercial es importante y puede generar progreso y desarrollo para los pueblos. El intercambio entre naciones que tienen diferentes especializaciones de producción, asegura una buena distribución de productos que son necesarios para una buena calidad de vida en cada nación. A diferencia del imperio incaico en donde el intercambio se limitaba a productos alimenticios, textiles, cerámicos y de joyería principalmente, hoy los intercambios se dan con una gama de productos que varían entre los eléctricos, motorizados, elementos tecnológicos que son necesarios para el desarrollo de las naciones.
La cuestión esta en repensar como ha evolucionado el concepto de economía cerrada. El imperio incaico solo conoció sus 4 suyos y los intercambios se dieron entre esas 4 regiones. Actualmente coexisten miles de naciones, así que el mercado lo constituyen todas las poblaciones, ¿el planeta mismo sería el mercado cerrado?, ¿o quizá tenemos muchos pequeños mercados de economía abierta que se dan entre sus regiones o al interior de sus propias regiones?. Lo que parece claro es que el principal obstaculo para abrir las economías lo constituyen los medios de comunicación, que permiten mover los productos de una región a otra, cosa que los Incas supieron manejar, y que hoy no debería ya ser un obstaculo mayor.
Con esto quiero explicar que el imperio incaico no constituía una economía cerrada, sino mas bién abierta entre los límites de las regiones que dominó. Seguramente si las culturas de América Central y de Sur se hubieran encontrado antes de la conquista los mercados se habrían expandido en gran medida.
En conclusión, considero que los mercados abiertos y la libre exportación no pueden ser mal vistos dentro de una visión de desarrollo sostenible, lo que puede fallar se da en como se suscriben los acuerdos y como son cumplidos.
Una situación clara que puede atentar contra el concepto de desarrollo sostenible es por ejemplo el subsidio de productos que vienen de una economía de países desarrollados a competir con lo que produce un país en vías de desarrollo. Es el caso de algunos productos agrícolas que entrarán a Perú luego de la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, y que atentará contra el producción de similares que son elaborados en el Perú. Similar situación se presenta con el ingreso de textiles chinos, en competencia desleal con textiles peruanos en la eventual suscripción de un tratado de Libre Comercio con China. Estos dos ejemplos demuestran que se requiere equidad, no afectar el desarrollo de las empresas locales si se quiere mantener la visión de desarrollo sostenible, debe evitarse el impacto social a tal situación, y para esto proponer mecansimos que permitan a los pequeños empresarios nacionales competir con posibilidades, pues son ellos los que generan empleo en el país, los que permiten que el proceso de libre comercio se traduzca en una inclusión de la sociedad.
No basta afirmar que el país garantiza a los inversionistas de fuera condiciones de seguridad jurídica, pues esta tambén debe garantizarse para quienes ya han invertido en el país, generando el empleo que las empresas extranjeras no generan para nuestros ciudadanos.
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